LOS DUENDES
Había una vez una niña hermosa llamada Erika, ella tenía un cabello largo y unos ojos hermosos como un par de luceros.Ella vivía en una cabaña situada a las afueras de un pueblo llamado Tepetlacolco; mucha gente decía que esa cabaña estaba maldita por que para llegar a la cabaña se tenía que cruzar todo el bosque.
Erika vivía con su abuelo Alfonso, su mama lolis y su perro fiel Rocky.
Era verano, Erika estaba de vacaciones, todo el dia Erika se pasaba con sus muñecas y con su perro.
En un atardecer Erika está muy alegre sembrando flores en el jardín que estaba en el patio de atrás de su casa, su abuelo le estaba haciendo compañía , y estaba sentado en una silla mecedora cuando Lolis grito:
-¡Erika te necesito!
Erika fue rápidamente hacia donde se encontraba su mamá, cuando iba caminando hacia ella Lolis de dijo a Erika
- ¡Erika es urgente que vayas al pueblo se ha terminado la despensa y no hay nada para merendar.
-¡Si mamá voy rapido! ¿pero no crees que ya es muy tarde? Cuando llegue al pueblo ya va estar cayendo la noche.
-No te preocupes no pasara nada ,el pueblo es muy tranquilo.
Erika fue por una canasta y tomó el camino hacia al pueblo, la iba acompañando su perro.Cuando llego al pueblo fue a la tienda Diconsa que había puesto durante el gobierno del Peña.
Pero cuando entro a la tienda estaba una fila enorme ella decidió quedarse hasta que por fin le tocó pasar, Erika entregó la lista y muy rápido le dieron los productos que había pedido.
Al salir de la tienda , la noche ya había caído . Erika tuvo mucho miedo por que tenia que cruzar todo el bosque para llegar a su casa.
Cuando llegó a la desviación para entrar al bosque ella le pasó un nudo por la garganta , tomó aire y se adentro al bosque, cuando le hacia falta poco para llegar a la cabaña, se comenzó a escuchar muchos ruidos extraños , las ramas de los pinos comenzaban a sonar horribles , Rocky comenzó a ladrar demasiado ; de pronto todo se cayó, después de unos minutos a lo lejos se escuchaban muchas risas como si fueran de niños jugando, pero sorpresa salían muchos duendes de los extremos del camino y se ponían alrededor de Erika y del perro, todos los duendes los comenzaban atar con cuerdas a Erika y a Rocky, mientras que un par de duendecillos le quitaban la canasta con la despensa, todos se reian; su perro sólo aullaba.
Erika cerró los ojos por un instante y despertó todo era un sueño, Su mamá estaba a su lado y su perro acostada en sus pies.
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